23 Oct Juntos Somos Mas – La nueva Campaña Global 2021 – 2024
La degradación de nuestra Casa Común, agravada por la actual pandemia mundial, ha tenido un impacto desproporcionado en todos, especialmente en aquellos que ya enfrentan desventajas, marginación y múltiples formas de vulnerabilidad. La nueva Campaña Global
En camino a la Semana de Acción Mundial
¡Únase a nosotros para promover nuestra campaña! Descubra la guía completa «Nuestra casa común» que capacita a personas y comunidades para abordar desafíos ambientales urgentes y crear un futuro sostenible y socialmente justo. A través de nuestra campaña, explorará siete historias inspiradoras de Caritas Communities of Care en todo el mundo .
https://togetherwebelong.caritas.org/ES/
Cuidar nuestra casa común requiere que realicemos una “conversión ecológica”. Aquí es donde descubrimos a Dios en todas las cosas y superamos las ilusiones de separación y aislamiento para redescubrir la profunda interconexión que tenemos entre nosotros y con la creación de Dios.
Nuestra fe nos llama a sufrir una metanoia, una conversión tanto de la cabeza como del corazón. Una conversión de cabeza puede ser sencilla, cambiar lo que pensamos sobre los temas que nos preocupan, en función de nuestra educación y de cómo nos informamos sobre el mundo.
Pero un cambio de opinión puede ser más desafiante. Esto exige atención interior, donde nos tomamos tiempo para orar y reflexionar para que podamos ‘despertar’ al Dios en todas las cosas. Esto no se basa en ideas elevadas o conceptos abstractos de lo que podemos percibir como una verdad espiritual, sino más bien a través de un encuentro experiencial. Cuando se trata del corazón no hay otro camino, aparte de la experiencia.
Por eso una conversión del corazón requiere tiempo, paciencia y perseverancia.
En lugar de ver el mundo como pensamos que es, donde nos percibimos unos a otros como separados, distintos y diferentes de nosotros mismos, nuestra conversión de corazón nos lleva a ver el mundo tal como lo contemplamos, donde estamos profundamente interconectados, entrelazados y profundamente interdependientes unos de otros.
Es por eso que una espiritualidad ecológica no se trata tanto de hacer más, lograr, actuar, sino más bien de hacer menos, estar presentes, abiertos, atentos y permitir que el asombro y el asombro se reaviven en nosotros mismos al abrazar el mundo que nos rodea.
Cuando vemos la chispa divina en los demás y en la naturaleza, podemos empezar a ver que:
“el universo se despliega en Dios, que lo llena por completo… hay un significado místico que se encuentra en una hoja, en un sendero de montaña, en una gota de rocío, en el rostro de un pobre”.
Papa Francisco, Laudate Deum, 65
Esta visión depende de una conversión del corazón, así como de la mente. Esta conversión es un paso necesario en nuestro camino hacia el cuidado de nuestra casa común. Cuando superamos la ilusión de la separación, podemos ver las cosas como realmente son, que pertenecemos juntos y pertenecemos a nuestra casa común. Porque nuestras vidas están conectadas de maneras que van más allá de los límites de nuestra comprensión, así como de nuestra imaginación.
Cuando experimentamos esta conexión profunda con Dios, con nuestro prójimo y con la naturaleza, ya no vivimos de la misma manera en este mundo. Comenzamos a tomar un camino diferente, uno en el que encontramos una gran alegría al vivir con sencillez, vivir de manera sostenible y vivir en solidaridad con nuestra familia global.
Acción
Experimentar una conversión ecológica no es una tarea individual. Es de naturaleza comunitaria. Incorporemos a otros a este profundo llamado a una conversión interior. Escribe a un líder o a una persona que toma decisiones sobre cómo juntos podemos cuidar nuestra casa común y emprender una conversión ecológica.
#JuntosSomosMas
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